Primero...en la noche.Cibernética y Empresa, ¡Un dilema!Por: Julián Felipe Díaz Ordoñez
La Humanidad asiste asombrada todavía al milagro producido por la ciencia y la técnica del Siglo XX: “la computadora”. La unidad de poder central de estas máquinas, se va apropiando de poder informático, constituyendo base de datos que alimentados día a día constituyen una fuente de poder en este siglo: “la automatización”.
Ante estos hechos irreversibles, surgen de inmediato dudas sobre el rol que corresponderá en el mundo al ser humano, visto como único ser pensante conocido del Cosmos y que obliga a detenerse en el tiempo por unos instantes, para reflexionar sobre la incidencia de ese fenómeno en las actividades de las personas y su influencia en el mundo de los negocios.
-¿Quedará reducido el hombre a un simple instrumento o androide producto de la cibernética?
¿Se generará en el mundo una crisis de desempleo considerable como consecuencia del uso indiscriminado de las computadoras o se crearán nuevas formas de trabajo que tiendan a disminuirla o bien a evitarla?
¿Podrá la computadora auxiliada por la informática resolver lógicamente todas las situaciones que en este momento requieren de la inteligencia humana?
¿Perderá el hombre su memoria como consecuencia de este fenómeno y la reemplazará por una memoria electrónica?
¿Se atrofiará el cerebro humano al dejar de utilizarlo en razonamientos que le son propios o pasará a desarrollar capacidades automatizadas y a cumplir funciones que no se conocen?
Es sumamente difícil prever el futuro; esencialmente considerando que la previsión es insostenible en materia tecnológica o científica y aunque se anticipara diversas técnicas de modernización de maquinarias y equipos, no se podría incidir en el control de población, en el avance de los modelos globales y en los resultados esperados de tal relación.
De todas maneras quizá, pueden señalarse algunos factores que incidirán negativamente sobre el desarrollo de las facultades mentales de los futuros adultos como son:
-Reducir el aprendizaje de niños y jóvenes al manejo de las computadoras sin antes ejercitarlos convenientemente en los mecanismos que tiene el cerebro humano para llegar a decisiones correctas y para plantear con seguridad situaciones a resolver.
-Eliminar las expresiones artísticas que existen desde que el hombre apareció sobre la Tierra para reemplazarlas por programas estandarizados producidos por mentes no artísticas.
-Crear una dependencia psicológica entre la máquina y el individuo que conduzca a su supresión como tal.
-Reemplazar el trabajo del humano por programas elaborados por una minoría de cerebros entrenados para tal fin; generando elevadas tasas de desempleo. (Este fenómeno ya ha alcanzado niveles alarmantes tanto en nuestro país como en el resto del mundo).
-No concienciar con respecto a que la máquina deber ser usada “por y para beneficio del hombre” y no que éste sea manipulado por aquélla como autócrata que sólo admite que se sigan sus instrucciones.
Por todo lo expuesto, es que puede resultar conveniente llamar la atención sobre el uso cada vez más indiscriminado de las computadoras como forma de reemplazar “el trabajo cerebral” de los discípulos; puesto que éste es y seguirá siendo el único que devengará en progreso auténtico para el género humano.
En todo proceso de cambio, lo más difícil de alcanzar es el punto de equilibrio entre las nuevas formas, técnicas, procedimientos y los esquemas a los que las mentes están acostumbradas. Para llegar a ese punto, indudablemente deberán coexistir los dos puntos de encuentro; de lo contrario, se dará un salto al vacío en el desarrollo mental de las generaciones que se están desarrollando actualmente.
La operatoria del cálculo, por ejemplo, podrá reemplazarse por sistemas adecuados, rápidos y sencillos, siempre y cuando el individuo ya haya asimilado los mecanismos de planteo, resolución y cálculo manual y mental. Mas, siempre teniendo presente que “la máquina calcula según un programa”; que apretar botones y obtener: una potencia, un logaritmo, una raíz, etc., no significa “saber cálculo numérico” sino, simplemente: “saber operar un mecanismo que en el fondo desconoce”; de igual manera que utilizar el lavarropas automático luego de leer con atención las instrucciones no significa “ser entendido en electrónica”.
Administración 1, Comercio Internacional, Universidad Antonio Nariño, Ibagué, 2010.